Uno de los problemas que pueden tener los niños cuando están aprendiendo a dividir es que no terminen de entender el concepto de lo que significa realmente esta operación. Muchas veces, se pone demasiado énfasis en el propio proceso mecánico de dividir y puede perderse la esencia del significado lo que puede producir que no se sepa aplicar esta operación en un problema real. Así que, frecuentemente, muchos niños acaban por centrarse en buscar un número de la tabla de multiplicar que dé X resultado para saber la solución de la división.
Aprender a dividir de este modo puede dar resultados muy inmediatos y podemos llegar a pensar que si saben resolver divisiones ya saben dividir, pero a la larga nos daremos cuenta de que en muchas ocasiones los niños no son realmente conscientes de saber qué es lo que están haciendo y que simplemente están usando una mecánica que les hemos enseñado para resolver las operaciones, por lo que llegado el momento quizás no sepan aplicar todo ello a casos reales.